Lactancia materna y desarrollo craneofacial

Las leyes que rigen el desarrollo embrionario están capitaneadas por los cromosomas, o mejor dicho, por los genes de cada cual, pero… ¿qué pasa después?, ¿por qué todos los niños al nacer son retrognatas mandibulares?
En el cráneo se dan dos tipos de osificación:

  • Una de tipo encondral (base del cráneo).
  • Otra de tipo membranoso (bóveda craneana, huesos de la cara y aposiciones periósticas). La diferencia está en que en la encondral, u osificación indirecta, se pasa por un estadio de “sincondrosis” en el cual el hueso es primero cartílago, que después se lisa para ser sustituido por hueso definitivo, mientras que en la osificación membranosa se pasa por un estadio de “sinnartrosis fibrosa” (Lebourget y Seydel) en el que los fibroblastos se transforman en osteoblastos de manera directa y por lo tanto hueso, sin pasar por el estadio de cartílago.

Esto es de una importancia capital en el desarrollo del cráneo, ya que los lugares en los que se pasa por un estadio de cartílago (osificación indirecta) tienen un crecimiento influido directamente por la genética y las hormonas como mensajeras, mientras que, los que no pasan por este estadio (osificación directa) son poco sensibles a las hormonas, y su crecimiento se ve influido sobre todo por el medio ambiente en el que se desarrollan, por los tejidos vecinos y por la función o utilidad que se le dé.

Así, a los primeros, que pasan por el estadio de cartílago se les llama “centros de crecimiento primario o dinámico” y a los que son de osificación directa o membranosa “zonas de crecimiento adaptativo o secundario” (Koski, Baume, Delaire).

El hueso también crece por aposiciones periósticas, pero este es un crecimiento muy pequeño si se compara con los dos mecanismos anteriores.

El crecimiento de los huesos de origen membranoso, ocurre principalmente a nivel de las distintas suturas, y el periostio colabora provocando remodelaciones óseas adaptativas.

La base del cráneo (condo-cráneo), es un verdadero motor de crecimiento primario influido directamente por la genética.

Los huesos de la bóveda craneana tienen un crecimiento adaptativo o secundario y el verdadero motor sería el cerebro, los huesos, lo único que hacen es adaptarse de forma pasiva al crecimiento del cerebro (recordemos el exagerado crecimiento de los huesos en la hidrocefalia).

En el macizo facial se dan los dos mecanismos a la vez. Se puede decir que la zona medial o central es de crecimiento primario hasta llegar al cartílago de la nariz, mientras que los huesos de la cara tendrían un crecimiento secundario o sutural o adaptativo (Gasson, Petrovic).

De esta manera podemos establecer dos tipos de crecimiento en el cráneo:

  1. Crecimiento primario: base del cráneo + zona medial del macizo facial. Motor de crecimiento. Influido por la genética y las hormonas.
  2. Crecimiento secundario o adaptativo: suturas + aposiciones periósticas. Lugar de crecimiento. Influido por el medioambiente, la función y la utilidad.

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